Escuela italiana, siglo XVII. “San Mateo”. Alto relieve en madera tallada y policromada. Pasta vítrea. Presenta los dedos restaurados y desgastes en la talla. Posee restos xilófagos. Medidas: 50 x 39 x 15 cm; 28 x 20 x 9 cm (santo). Escultura en alto relieve que presenta la figura de un santo inscrito en el interior de un marco ovalado, ricamente tallado. En el interior se encuentra la figura tridimensional del evangelista San Mateo, aunque cabe citar que este no se encuentra acompañado por el hombre alado que le identifica en el Tetramorfos, aludiendo su Evangelio: un texto que pretende sobre todo caracterizar a Cristo como Rey de los Judíos y como el Mesías que profetizaron las Escrituras, haciendo hincapié sobre su vida como hombre. San Mateo el Evangelista fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús, y autor según la tradición cristiana del Evangelio que lleva su nombre. Es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, y también en el Evangelio de Lucas, con el nombre de Leví. Mateo es identificado con un hombre alado o ángel, símbolo del tetramorfos del profeta Ezequiel. Esta asociación se debe a que su Evangelio comienza haciendo un repaso a la genealogía de Cristo, el Hijo del Hombre y también el Hijo de Dios. La escuela napolitana del siglo XVII gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos de la centuria anterior y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. Se caracteriza por el interés del movimiento y los colores vibrantes. Dada la importancia otorgada a la imagen religiosa en el mundo hispánico, durante los siglos XVII y XVIII se crearon ambiciosas series pictóricas y amplios programas iconográficos para iglesias y conventos, además de estampas impresas, medallas y relicarios destinados a la devoción privada. En su conjunto, sin importar su dimensión o soporte, estas imágenes cumplían con el objetivo de sacralizar la vida cotidiana más allá de los altares. La escuela granadina destaco durante este periodo, recibiendo y desarrollando los patrones estilísticos propios del barroco. a escuela napolitana de principios del siglo XVIII, heredera de la tradición barroca del siglo XVII. La escuela napolitana del siglo XVII gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos de la centuria anterior y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. Se caracteriza por el interés del movimiento y los colores vibrantes. La escultura barroca napolitana muestra un marcado gusto por el naturalismo, corriente en la que se inscribe esta escultura.
Escuela italiana, siglo XVII. “San Mateo”. Alto relieve en madera tallada y policromada. Pasta vítrea. Presenta los dedos restaurados y desgastes en la talla. Posee restos xilófagos. Medidas: 50 x 39 x 15 cm; 28 x 20 x 9 cm (santo). Escultura en alto relieve que presenta la figura de un santo inscrito en el interior de un marco ovalado, ricamente tallado. En el interior se encuentra la figura tridimensional del evangelista San Mateo, aunque cabe citar que este no se encuentra acompañado por el hombre alado que le identifica en el Tetramorfos, aludiendo su Evangelio: un texto que pretende sobre todo caracterizar a Cristo como Rey de los Judíos y como el Mesías que profetizaron las Escrituras, haciendo hincapié sobre su vida como hombre. San Mateo el Evangelista fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús, y autor según la tradición cristiana del Evangelio que lleva su nombre. Es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, y también en el Evangelio de Lucas, con el nombre de Leví. Mateo es identificado con un hombre alado o ángel, símbolo del tetramorfos del profeta Ezequiel. Esta asociación se debe a que su Evangelio comienza haciendo un repaso a la genealogía de Cristo, el Hijo del Hombre y también el Hijo de Dios. La escuela napolitana del siglo XVII gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos de la centuria anterior y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. Se caracteriza por el interés del movimiento y los colores vibrantes. Dada la importancia otorgada a la imagen religiosa en el mundo hispánico, durante los siglos XVII y XVIII se crearon ambiciosas series pictóricas y amplios programas iconográficos para iglesias y conventos, además de estampas impresas, medallas y relicarios destinados a la devoción privada. En su conjunto, sin importar su dimensión o soporte, estas imágenes cumplían con el objetivo de sacralizar la vida cotidiana más allá de los altares. La escuela granadina destaco durante este periodo, recibiendo y desarrollando los patrones estilísticos propios del barroco. a escuela napolitana de principios del siglo XVIII, heredera de la tradición barroca del siglo XVII. La escuela napolitana del siglo XVII gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos de la centuria anterior y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. Se caracteriza por el interés del movimiento y los colores vibrantes. La escultura barroca napolitana muestra un marcado gusto por el naturalismo, corriente en la que se inscribe esta escultura.
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