Escuela italiana, circulo de SIMON VOUET; siglo XVII. “Santa Catalina de Alejandría”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta marco con desperfectos. Medidas: 90 x 71,5 cm; 112 x 94 cm (marco). La obra destaca por una gran nitidez en la captación de las calidades, la prese cisión del dibujo, y una herencia estética de carácter clasicista. Sin embargo, el tratamiento lumínico de la pieza, recuerda en gran medida un tenebrismo velado, similar al que caracterizaba la pintura de Vouet. A través de una pincelada rápida y precisa el autor de esta obra configura una escena, sobria y regia pero cargada de dramatismo donde presenta la figura de Santa Catalina. El culto de Santa Catalina tuvo gran difusión por toda Europa a partir del siglo VI, está incluida en el grupo de los santos auxiliadores y es invocada contra la muerte súbita. Catalina nació hacia 290 en el seno de una noble familia de Alejandría. Dotada de una gran inteligencia, pronto destacó por sus extensos estudios, que la situaron al mismo nivel que los más grandes poetas y filósofos de la época. Una noche se le apareció Cristo y decidió, en ese momento, consagrarle su vida y considerarse su prometida, en una suerte de matrimonio místico. Cuando el emperador Maximiano acudió a Alejandría para presidir una gran fiesta pagana, Catalina aprovechó la ocasión para intentar convertirle al cristianismo, lo que despertó su cólera. Para ponerla a prueba, Maximiano le impuso un debate filosófico con cincuenta sabios a los que trataría de convertir. Catalina lo logró, provocando la ira del emperador. Éste hizo ejecutar a los sabios, no sin antes proponerle a la santa, que se casara con uno de ellos, a lo que ella se negó rotundamente. El emperador ordenó, entonces, que fuera torturada utilizando para ello una máquina con ruedas guarnecidas con pinchos. Milagrosamente, las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina, por lo que finalmente fue decapitada. Pintor francés del barroco, Simon Vouet inició probablemente su formación junto a su padre, el pintor Laurent Vouet, y es citado por André Félibien en Inglaterra a la edad de catorce años, ya como retratista profesional. De hecho, su maestría en este género le llevaría a visitar Constantinopla en 1611 acompañando al embajador francés, para dirigirse hacia Venecia al año siguiente. Finalmente, dos años después, se instala en Roma, protegido por la familia Barberini y la Corona de Francia. Permaneció en la capital Italia hasta 1627, y allí alcanzó un gran éxito entre la nobleza y el clero afines a Francia. De hecho, llegó a ser nombrado director de la Academia de San Lucas en 1624. En Roma Vouet admiró especialmente la obra de Caravaggio, cuyo lenguaje definirá el estilo de juventud del maestro francés. No obstante, su pintura evolucionará rápidamente hacia formas más afines al clasicismo, a través de la influencia de la corriente neovenecianista que recorría Roma de la mano de artistas como Lanfranco. También se mostrará receptivo a la influencia del clasicismo romano-boloñés de los Carracci, Guercino y Reni, especialmente en su cromatismo, que evoluciona hacia una mayor claridad, y también en sus composiciones cada vez más armónicas. En 1627 regresa a Francia, llamado por Luis XIII para ser pintor de corte. En París Vouet se convertirá en el pintor más influyente de su época, y de hecho introdujo la influencia del barroco italiano en Francia, especialmente las corrientes derivadas de la obra de Veronés. Precisamente la influencia de éste pue
Escuela italiana, circulo de SIMON VOUET; siglo XVII. “Santa Catalina de Alejandría”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta marco con desperfectos. Medidas: 90 x 71,5 cm; 112 x 94 cm (marco). La obra destaca por una gran nitidez en la captación de las calidades, la prese cisión del dibujo, y una herencia estética de carácter clasicista. Sin embargo, el tratamiento lumínico de la pieza, recuerda en gran medida un tenebrismo velado, similar al que caracterizaba la pintura de Vouet. A través de una pincelada rápida y precisa el autor de esta obra configura una escena, sobria y regia pero cargada de dramatismo donde presenta la figura de Santa Catalina. El culto de Santa Catalina tuvo gran difusión por toda Europa a partir del siglo VI, está incluida en el grupo de los santos auxiliadores y es invocada contra la muerte súbita. Catalina nació hacia 290 en el seno de una noble familia de Alejandría. Dotada de una gran inteligencia, pronto destacó por sus extensos estudios, que la situaron al mismo nivel que los más grandes poetas y filósofos de la época. Una noche se le apareció Cristo y decidió, en ese momento, consagrarle su vida y considerarse su prometida, en una suerte de matrimonio místico. Cuando el emperador Maximiano acudió a Alejandría para presidir una gran fiesta pagana, Catalina aprovechó la ocasión para intentar convertirle al cristianismo, lo que despertó su cólera. Para ponerla a prueba, Maximiano le impuso un debate filosófico con cincuenta sabios a los que trataría de convertir. Catalina lo logró, provocando la ira del emperador. Éste hizo ejecutar a los sabios, no sin antes proponerle a la santa, que se casara con uno de ellos, a lo que ella se negó rotundamente. El emperador ordenó, entonces, que fuera torturada utilizando para ello una máquina con ruedas guarnecidas con pinchos. Milagrosamente, las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina, por lo que finalmente fue decapitada. Pintor francés del barroco, Simon Vouet inició probablemente su formación junto a su padre, el pintor Laurent Vouet, y es citado por André Félibien en Inglaterra a la edad de catorce años, ya como retratista profesional. De hecho, su maestría en este género le llevaría a visitar Constantinopla en 1611 acompañando al embajador francés, para dirigirse hacia Venecia al año siguiente. Finalmente, dos años después, se instala en Roma, protegido por la familia Barberini y la Corona de Francia. Permaneció en la capital Italia hasta 1627, y allí alcanzó un gran éxito entre la nobleza y el clero afines a Francia. De hecho, llegó a ser nombrado director de la Academia de San Lucas en 1624. En Roma Vouet admiró especialmente la obra de Caravaggio, cuyo lenguaje definirá el estilo de juventud del maestro francés. No obstante, su pintura evolucionará rápidamente hacia formas más afines al clasicismo, a través de la influencia de la corriente neovenecianista que recorría Roma de la mano de artistas como Lanfranco. También se mostrará receptivo a la influencia del clasicismo romano-boloñés de los Carracci, Guercino y Reni, especialmente en su cromatismo, que evoluciona hacia una mayor claridad, y también en sus composiciones cada vez más armónicas. En 1627 regresa a Francia, llamado por Luis XIII para ser pintor de corte. En París Vouet se convertirá en el pintor más influyente de su época, y de hecho introdujo la influencia del barroco italiano en Francia, especialmente las corrientes derivadas de la obra de Veronés. Precisamente la influencia de éste pue
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