Escuela castellana. Gótico, s.XV. "Virgen con Niño". Madera tallada, policromada y dorada. Presenta faltas en la policromía y el dorado. Medidas: 86 x 38 x 30 cm. Talla devocional de gran calidad, con representación de una Virgen coronada con el Niño Jesús sentado en su regazo. Los drapeados de mantos y túnicas muestran un elevado nivel artístico, a base de pliegues naturales y capaces de expresar las suaves calidades de las telas. Esas prendas acogen los cuerpos, redondeando las formas de modo que cada figura se dota de una sólida presencia. En un perfecto equilibrio entre solemnidad y ternura, el Niño Jesús señala con su mano derecha el lirio que sostiene su madre, y en su mano izquierda cobija una manzana, símbolo del pecado e, indirectamente, presagio de su papel redentor. Los rasgos de María, idealizados y apacibles, insinuando apenas una sonrisa, transmiten gran serenidad. También el niño sonríe, humanizándose ambos caracteres. Durante el siglo XV, los escultores castellanos conjugarán la influencia flamenca de sus predecesores con las novedades que venían de Italia. Así, en obras como la que aquí presentamos se aprecia una conjunción de modelos del gótico final con el nuevo espíritu humanista. La escultura clásica no es aún el referente absoluto, sino que se sigue manteniendo el matizado naturalismo de finales del siglo XV. En cambio, la forma de tallar los plegados habla ya de una cierta introducción de lo italiano: son más suaves y blandos, más realistas que los del gótico, aunque en algunas zonas aún presentan los pliegues en “V” típicamente flamencos.Es a partir del siglo XIV que el tema mariano empieza a ser muy representado, caracterizada la madre en su humanidad, a fin de acercar la religión al pueblo. En época prerromántica, la Virgen con el Niño prácticamente solo se representaba adyacente a la arquitectura, pero desde finales del siglo XII y principios del XIII empezarán a realizarse en pequeño formato, exentas y en distintos materiales. Será entonces cuando empiecen a no ser Vírgenes Odigitrias, sino representaciones más maternales. En un primer momento se hicieron sobre todo en Francia, y desde allí se exportaron al resto de Europa; los modelos se convertirán en clásicos, que se repiten una y otra vez.
Escuela castellana. Gótico, s.XV. "Virgen con Niño". Madera tallada, policromada y dorada. Presenta faltas en la policromía y el dorado. Medidas: 86 x 38 x 30 cm. Talla devocional de gran calidad, con representación de una Virgen coronada con el Niño Jesús sentado en su regazo. Los drapeados de mantos y túnicas muestran un elevado nivel artístico, a base de pliegues naturales y capaces de expresar las suaves calidades de las telas. Esas prendas acogen los cuerpos, redondeando las formas de modo que cada figura se dota de una sólida presencia. En un perfecto equilibrio entre solemnidad y ternura, el Niño Jesús señala con su mano derecha el lirio que sostiene su madre, y en su mano izquierda cobija una manzana, símbolo del pecado e, indirectamente, presagio de su papel redentor. Los rasgos de María, idealizados y apacibles, insinuando apenas una sonrisa, transmiten gran serenidad. También el niño sonríe, humanizándose ambos caracteres. Durante el siglo XV, los escultores castellanos conjugarán la influencia flamenca de sus predecesores con las novedades que venían de Italia. Así, en obras como la que aquí presentamos se aprecia una conjunción de modelos del gótico final con el nuevo espíritu humanista. La escultura clásica no es aún el referente absoluto, sino que se sigue manteniendo el matizado naturalismo de finales del siglo XV. En cambio, la forma de tallar los plegados habla ya de una cierta introducción de lo italiano: son más suaves y blandos, más realistas que los del gótico, aunque en algunas zonas aún presentan los pliegues en “V” típicamente flamencos.Es a partir del siglo XIV que el tema mariano empieza a ser muy representado, caracterizada la madre en su humanidad, a fin de acercar la religión al pueblo. En época prerromántica, la Virgen con el Niño prácticamente solo se representaba adyacente a la arquitectura, pero desde finales del siglo XII y principios del XIII empezarán a realizarse en pequeño formato, exentas y en distintos materiales. Será entonces cuando empiecen a no ser Vírgenes Odigitrias, sino representaciones más maternales. En un primer momento se hicieron sobre todo en Francia, y desde allí se exportaron al resto de Europa; los modelos se convertirán en clásicos, que se repiten una y otra vez.
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