Escuela castellana, segundo tercio s.XVI. “La Circuncisión”. Óleo sobre tabla de pino. Engatillada. Presenta repintes y restauraciones. Medidas: 112 x 76 cm. En estudiada simetría se distribuyen los personajes en esta composición de tema bíblico. El pequeño cuerpo del Niño Jesús ocupa el centro físico y simbólico, y a él confluyen todas miradas, o bien, los gestos. Bajo un dosel rojo, inscrito en el nicho central de una arquitectura abierta en arquería, se sienta un sacerdote que sostiene al pequeño en su regazo y ante el que se inclina un personaje (el mohel o ministro) con un instrumento cortante. Su atavío es suntuoso, tocado con mitra y cubierto con un manto brocado con hilo de oro y pedrería. José sostiene un cuenco con agua, y María adopta un gesto con una mano para aludir a la sacralidad del momento. Los paisajes azulados e idealizados que se divisan tras las ventanas denotan influencia de la escuela flamenca. Estamos ante una pintura de época renacentista y escuela castellana. La precisión del dibujo acoge ricas gamas de color, a las que la luz otorga matices argénteos. Este episodio se recoge en el Evangelio de Lucas. El Evangelista narra este pasaje (2, 21), que se convertirá en un tema iconográfico habitual en la tradición cristiana, y que precede a la Presentación del Niño en el Templo. El arte se ayuda de la información aportada por los Evangelios Apócrifos (Pseudo-Mateo, Evangelio árabe de la infancia, principalmente) para añadir detalles al tema que, en la pintura, se muestra desde finales del siglo X, formando habitualmente parte del Ciclo de María o de Cristo.
Escuela castellana, segundo tercio s.XVI. “La Circuncisión”. Óleo sobre tabla de pino. Engatillada. Presenta repintes y restauraciones. Medidas: 112 x 76 cm. En estudiada simetría se distribuyen los personajes en esta composición de tema bíblico. El pequeño cuerpo del Niño Jesús ocupa el centro físico y simbólico, y a él confluyen todas miradas, o bien, los gestos. Bajo un dosel rojo, inscrito en el nicho central de una arquitectura abierta en arquería, se sienta un sacerdote que sostiene al pequeño en su regazo y ante el que se inclina un personaje (el mohel o ministro) con un instrumento cortante. Su atavío es suntuoso, tocado con mitra y cubierto con un manto brocado con hilo de oro y pedrería. José sostiene un cuenco con agua, y María adopta un gesto con una mano para aludir a la sacralidad del momento. Los paisajes azulados e idealizados que se divisan tras las ventanas denotan influencia de la escuela flamenca. Estamos ante una pintura de época renacentista y escuela castellana. La precisión del dibujo acoge ricas gamas de color, a las que la luz otorga matices argénteos. Este episodio se recoge en el Evangelio de Lucas. El Evangelista narra este pasaje (2, 21), que se convertirá en un tema iconográfico habitual en la tradición cristiana, y que precede a la Presentación del Niño en el Templo. El arte se ayuda de la información aportada por los Evangelios Apócrifos (Pseudo-Mateo, Evangelio árabe de la infancia, principalmente) para añadir detalles al tema que, en la pintura, se muestra desde finales del siglo X, formando habitualmente parte del Ciclo de María o de Cristo.
Testen Sie LotSearch und seine Premium-Features 7 Tage - ohne Kosten!
Lassen Sie sich automatisch über neue Objekte in kommenden Auktionen benachrichtigen.
Suchauftrag anlegen