Beschreibung:

Es­cue­la es­pa­ño­la; pri­me­ra mitad del siglo XIX. “Re­tra­to del gra­ba­dor Ra­fael Es­te­ve”. Óleo sobre lien­zo. Pre­sen­ta ins­crip­ción al dorso de la atri­bu­ción de Don Es­té­vez Lo­ren­zo a Fran­cis­co de Goya. Me­di­das: 90 x 65,5 cm; 104 x 77 cm (marco). Esta obra sigue fiel­men­te el re­tra­to del gra­ba­dor Ra­fael Es­te­ve, rea­li­za­do por el maes­tro ara­go­nés Fran­cis­co de Goya y Lu­cien­tes, que per­te­ne­ce, ac­tual­men­te, al Museo de Be­llas Artes de Va­len­cia. Lugar en el que acabó, des­pués de haber sido do­na­da por los des­cen­dien­tes del re­tra­ta­do a la Real aca­de­mia de San Car­los de Va­len­cia, en el año 1818. En la obra se puede ver como el gra­ba­dor se dis­po­ne sobre una silla ta­pi­za­da, de color ama­ri­llos, si­tua­do junto a su mesa. En su mano de­re­cha sos­tie­ne el buril y en esta obra un cua­derno de ar­tis­ta, en vez de la plan­cha de cobre que sos­tie­ne en el re­tra­to del Museo de Va­len­cia. Des­ta­ca la ac­ti­tud er­gui­da del pro­ta­go­nis­ta, in­di­can­do el or­gu­llo de su pro­fe­sión, mos­tran­do ade­más su re­le­van­cia ar­tís­ti­ca. Su ca­sa­ca negra, la ca­mi­sa blan­ca y la cor­ba­ta, apor­tan una so­brie­dad que con­tri­bu­ye a la idea de su po­si­cio­na­mien­to so­cial. Ade­más, su ros­tro, mira di­rec­ta­men­te al es­pec­ta­dor, es­bo­zan­do una leve son­ri­sa, mos­tran­do así su con­fian­za y su re­co­no­ci­mien­to so­cial. La obra no solo re­co­ge as­pec­tos de la maes­tría de Goya, sino que tam­bién de­no­ta la gran amis­tad que exis­tía entre el pin­tor y el gra­ba­dor, quie­nes se co­no­cie­ron gra­cias a Agus­tín Es­te­ve y Mar­tín, primo de Ra­fael, con quien Goya había tra­ba­ja­do. Dicha re­la­ción se asen­tó, a nivel per­so­nal e in­clu­so pro­fe­sio­nal, ya que se cree que Ra­fael Es­te­ve, tra­ba­jó junto a Goya en la serie de gra­ba­dos de la Tau­ro­ma­quia. Ade­más, Goya, re­tra­tó al gra­ba­dor en va­rias oca­sio­nes, ejem­plo de ello es otra obra que se con­ser­va en el Museo Lá­za­ro Gal­diano, que per­te­ne­ció a la ahi­ja­da del ar­tis­ta Ro­sa­rio Weiss. Ra­fael Es­te­ve (Va­len­cia, 1772- Ma­drid, 1847) per­te­ne­ció a una fa­mi­lia de ar­tis­tas. Su padre fue el es­cul­tor José Es­te­ve Bonet y su tío, el pin­tor Agus­tín Es­te­ve. Re­ci­bió su for­ma­ción ar­tís­ti­ca en la Real Aca­de­mia de Be­llas Artes de San Car­los, en Va­len­cia, pero pos­te­rior­men­te se tras­la­dó a Ma­drid, donde con­ti­nuó sus es­tu­dios en la Real Aca­de­mia de Be­llas Artes de San Fer­nan­do. Du­ran­te el reina­do del rey Car­los IV, co­la­bo­ró con los cal­có­gra­fos reales. En 1799 fue nom­bra­do Gra­ba­dor de la Corte y reali­zó re­tra­tos de la Fa­mi­lia Real, a par­tir de di­bu­jos rea­li­za­dos por su tío Agus­tín, y Fran­cis­co Goya. Du­ran­te la Gue­rra de la In­de­pen­den­cia, re­si­dió en Cádiz. Una vez fi­na­li­za­da la gue­rra, pudo cum­plir sus de­seos de con­ti­nuar su edu­ca­ción en Fran­cia e Ita­lia. En 1839, re­ci­bió el mayor honor de su ca­rre­ra en forma de me­da­lla de oro en la Ex­po­si­tion des pro­duits de l'in­dus­trie française. Tam­bién fue con­de­co­ra­do con una cruz en la Orden de Car­los III y nom­bra­do Di­rec­tor Ho­no­ra­rio de la Aca­de­mia de San Car­los y "Aca­dé­mi­co de Mé­ri­to" en la Aca­de­mia de San Fer­nan­do y miem­bro co­rres­pon­dien­te de la Aca­de­mia de París.