Beschreibung:

JAN VAN KES­SEL I (Flan­des, 1626-1679) y LUIGI PRIMO IL GEN­TIL (Bél­gi­ca, 1605-1667). "Gui­ller­mo Ray­mun­do Mon­ca­da vi­si­tan­do a la reina de Ara­gón", ca.1663. Óleo sobre cobre. Fir­ma­do por Van Kes­sel en la orla (mar­gen la­te­ral iz­quier­do). Es­ce­na fir­ma­da por Primo Il Gen­til en el án­gu­lo in­fe­rior de­re­cho. Marco Re­gen­cia, s.​XIX. Me­di­das: 54 x 68 cm.; 76 x 90 (marco). Esta obra per­te­ne­ce a un se­lec­to ciclo de vein­te co­bres que na­rran las ha­za­ñas de dos no­bles si­ci­lia­nos de ori­gen es­pa­ñol: los her­ma­nos Gui­ller­mo Ramón Mon­ca­da y An­to­nio Mon­ca­da. La es­ce­na his­tó­ri­ca del cobre que nos ocupa fue pin­ta­do por Luigi Primo il Gen­ti­le (al que se le en­car­ga­ron cinco), y Jan van Kes­sel fue el autor de la orla de­co­ra­ti­va que en­mar­ca la es­ce­na de los vein­te epi­so­dios. En los Paí­ses Bajos era fre­cuen­te la co­la­bo­ra­ción entre pin­to­res, dada la es­pe­cia­li­za­ción en dis­tin­tos gé­ne­ros en los que eran maes­tros: Kes­sel ejer­ció su maes­tría en re­pro­du­cir con tacto vir­tuo­so flo­ri­das guir­nal­das, aves y otros ele­men­tos ex­traí­dos del reino ani­mal y ve­ge­tal, mien­tras que P. il Gen­ti­le de­mos­tró ser un des­ta­ca­do ex­po­nen­te del gé­ne­ro his­tó­ri­co y del re­tra­to. En el Museo Thys­sen-Bor­ne­mis­za de Ma­drid se con­ser­van dos co­bres del mismo ciclo, en este caso pin­ta­dos por Kes­sel (la guir­nal­da) y David Te­niers II (la es­ce­na). La es­ce­na que nos ocupa está de­di­ca­da a Gui­ller­mo Ramón Mon­ca­da, como reza en la car­te­la de la parte su­pe­rior, pin­ta­da por Kes­sel, acom­pa­ñán­do­la con los es­cu­dos he­rál­di­cos de la fa­mi­lia. Kes­sel dota a las aves de vo­lu­men y agi­li­dad (las hay de las más va­ria­das es­pe­cies exó­ti­cas), de modo que en un efec­to de trom­pe l’oeil pa­re­cen es­ca­par de la bi­di­men­sio­na­li­dad del cua­dro, como si re­vo­lo­tea­ran entre el en­re­ve­sa­do ra­ma­je. Flo­res de car­no­sos pé­ta­los, co­fres con he­rra­jes de oro y pie­zas de por­ce­la­na des­can­san­do en mén­su­las en forma de ve­ne­ra com­par­ten esa misma pugna por trans­gre­dir los lí­mi­tes de la pin­tu­ra. Los tra­jes cor­te­sa­nos, los finos bor­da­dos y las múl­ti­ples gasas que en­vuel­ven los cuer­pos de las don­ce­llas en la es­ce­na pin­ta­da por Gen­ti­le, ex­hi­ben tam­bién una de­li­ca­de­za su­pre­ma. Como otros epi­so­dios de la serie pin­ta­das por Gen­ti­le (“Gui­llau­me-Ray­mond Mon­ca­da vi­si­tan­do el Rey de Ara­gón”, ca.1660, co­lec­ción pri­va­da), la com­po­si­ción se rige por el or­de­na­mien­to de los gru­pos (ocu­pan­do Gui­llau­me el lugar pre­emi­nen­te) en torno a reyes y prin­ce­sas que los re­ci­ben en sus apo­sen­tos. Es muy si­mi­lar tam­bién la com­po­si­ción por la que opta Te­niers en su re­pre­sen­ta­ción de una so­lem­ne re­cep­ción ante el trono de la reina. Los epi­so­dios, pro­ta­go­ni­za­dos por estos dos miem­bros de la fa­mi­lia Mon­ca­da, tu­vie­ron lugar en Si­ci­lia entre fi­na­les del siglo XIV y prin­ci­pios del XV. Las pin­tu­ras están eje­cu­ta­das con una es­truc­tu­ra si­mi­lar a la de los car­to­nes de los ta­pi­ces. De hecho, las de­di­ca­das a Gui­ller­mo R. Mon­ca­da sir­vie­ron para este co­me­ti­do. Se­rían te­ji­das en Flan­des. Los co­bres res­tan­tes de­di­ca­da a los her­ma­nos Mon­ca­da, apar­te de los con­ser­va­dos en el Museo Thys­sen, se en­cuen­tran re­par­ti­dos entre co­lec­cio­nes pri­va­das y los des­cen­dien­tes del mar­qués de Vi­lla­fran­ca. Luigi Primo Gen­ti­le (c.1605-1667), pin­tor fla­men­co, tra­ba­jó en un es­ti­lo que com­bi­na­ba sus raí­ces fla­men­cas con la pro­fun­da in­fluen­cia del arte ita­liano. Al­gu­nos de los re­ta­blos que pintó entre 1633 y 1657 para igle­sias de Roma (Vir­gen pre­sen­tan­do al Niño a San An­to­nio de Padua, 1655, San Mar­cos, Roma). Según al­gu­nas fuen­tes, Gen­ti­le pintó entre 1646 y 1652 pe­que­ños cua­dros de de­vo­ción sobre cobre para el Papa Inocen­cio X. En 1635 in­gre­só en la co­fra­día de