Talla renacentista, ca. 1500. “San Juan Evangelista” (parte de un Calvario). Obra reproducida a color en "El alabastro a través del tiempo. Colección Jaime Trigo", pag. 159. Medidas: 33 x 14 cm. Imagen devocional de San Juan Evangelista, tallada en alabastro en bulto redondo, policromada en diferentes colores. Se trata de una representación de San Juan en la Déesis, iconografía que reúne a Cristo en la cruz con María y San Juan a sus pies. Esta iconografía deriva de la original Déesis bizantina, que representaba a Cristo en Majestad acompañado de María y San Juan Bautista. En el arte occidental se preferirá la representación de Cristo en la cruz, a modo de escena narrativa, y se sustituirá la figura de San Juan Bautista por la de Juan el Evangelista. No obstante, al igual que ocurría en la Déesis bizantina, en el modelo occidental tanto la Virgen como San Juan tienen sus rostros alzados u orientados hacia Cristo, con sus manos en posición de súplica en nombre de la humanidad. Este excepcional alabastro se caracteriza por la monumentalidad de sus formas, reforzadas por los amplios plegados de las ropas, que anuncian el sentido claroscurista del barroco. La expresividad es sin embargo netamente equilibrada, contenida y convencional, más cercana al conceptualismo propio del siglo XVI que a las imágenes más naturalistas y dramáticas del barroco.
Talla renacentista, ca. 1500. “San Juan Evangelista” (parte de un Calvario). Obra reproducida a color en "El alabastro a través del tiempo. Colección Jaime Trigo", pag. 159. Medidas: 33 x 14 cm. Imagen devocional de San Juan Evangelista, tallada en alabastro en bulto redondo, policromada en diferentes colores. Se trata de una representación de San Juan en la Déesis, iconografía que reúne a Cristo en la cruz con María y San Juan a sus pies. Esta iconografía deriva de la original Déesis bizantina, que representaba a Cristo en Majestad acompañado de María y San Juan Bautista. En el arte occidental se preferirá la representación de Cristo en la cruz, a modo de escena narrativa, y se sustituirá la figura de San Juan Bautista por la de Juan el Evangelista. No obstante, al igual que ocurría en la Déesis bizantina, en el modelo occidental tanto la Virgen como San Juan tienen sus rostros alzados u orientados hacia Cristo, con sus manos en posición de súplica en nombre de la humanidad. Este excepcional alabastro se caracteriza por la monumentalidad de sus formas, reforzadas por los amplios plegados de las ropas, que anuncian el sentido claroscurista del barroco. La expresividad es sin embargo netamente equilibrada, contenida y convencional, más cercana al conceptualismo propio del siglo XVI que a las imágenes más naturalistas y dramáticas del barroco.
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