MARIANO NANI Nápoles (1726) / Madrid (1806). "Naturaleza muerta con pavo, salchichón, futa y vino", 1762. 76,5 x 100 cm y 77 x 100,5 cm. Pareja de óleos sobre lienzo. "Naturaleza muerta con carne y verduras" Uno de ellos firmado y fechado en la parte superior central, en trozo de papel Aprendió el oficio de pintor en el taller de su padre, Giacomo Nani especializado en la pintura de flores y paisajes. Mariano vino a España en 1759 al servicio de Carlos III para trabajar en la Fábrica del Buen Retiro y también desde 1775 realizó cartones para tapices en la Real Fábrica de Santa Barbara. Ya desde sus primeros años en España pintó bodegones, sin duda con afán de mejorar su posición social y reconocimiento, del cual carecería como pintor de la fábrica de porcelana. Por este motivo presentó a Carlos III dos bodegones de caza. Parece ser que pronto se hizo un hueco en el mercado madrileño, conociéndose varios ejemplos realizados a principios de los años 60, como está pareja de bodegones. Sus pinturas se caracterizan por su equilibrio compositivo, su concepción naturalista, la influencia flamenca y una gran fuerza expresiva, toso ello ejecutado con pincelada suave y técnica preciosista. Bibliografía: Cherry, P., “Luis Meléndez Still-life Painter”, Fundación De Apoyo a La Historia Del Arte Hispánico, Madrid, 2006, págs. 254-56, nº. 225 y 226 (reproducidos) .
MARIANO NANI Nápoles (1726) / Madrid (1806). "Naturaleza muerta con pavo, salchichón, futa y vino", 1762. 76,5 x 100 cm y 77 x 100,5 cm. Pareja de óleos sobre lienzo. "Naturaleza muerta con carne y verduras" Uno de ellos firmado y fechado en la parte superior central, en trozo de papel Aprendió el oficio de pintor en el taller de su padre, Giacomo Nani especializado en la pintura de flores y paisajes. Mariano vino a España en 1759 al servicio de Carlos III para trabajar en la Fábrica del Buen Retiro y también desde 1775 realizó cartones para tapices en la Real Fábrica de Santa Barbara. Ya desde sus primeros años en España pintó bodegones, sin duda con afán de mejorar su posición social y reconocimiento, del cual carecería como pintor de la fábrica de porcelana. Por este motivo presentó a Carlos III dos bodegones de caza. Parece ser que pronto se hizo un hueco en el mercado madrileño, conociéndose varios ejemplos realizados a principios de los años 60, como está pareja de bodegones. Sus pinturas se caracterizan por su equilibrio compositivo, su concepción naturalista, la influencia flamenca y una gran fuerza expresiva, toso ello ejecutado con pincelada suave y técnica preciosista. Bibliografía: Cherry, P., “Luis Meléndez Still-life Painter”, Fundación De Apoyo a La Historia Del Arte Hispánico, Madrid, 2006, págs. 254-56, nº. 225 y 226 (reproducidos) .
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