Escuela italiana, Circulo de RAFAEL DE SANZIO (Urbino, 1483 - Roma, 1520); Siglo XVI. “San Juan Bautista”. Óleo sobre tabla. Presenta faltas en la pintura y repintes. Medidas: 127 x 95 cm. Esta pintura se base en una obra de Rafael, conocida como San Juan en el desierto, cuya copia se encuentra en la Galeria Uffizi y fue realizada en torno a 1518-1520, seguramente por el cardenal Colnna. Un joven pastor de aspecto clasicista, sumariamente vestido con un amplio manto en el cual el autor ha imitado la piel de un felino, se sitúa en primer plano, sentado junto a unos troncos, frente a un fondo cerrado que queda abierto en la zona derecha. Pese a que se ha representado imberbe, cuando habitualmente ostenta largas y desgreñadas barbas, diversos son los atributos que nos permiten identificar a la figura como san Juan Bautista. En primer lugar las ropas. Además, el personaje señala con la mano izquierda una amplia vara, rematada en forma de cruz, mientras que con su mano derecha sostiene filacterio en el que puede leerse “ Agnus dei …”, es referencia a la frase “Este es el cordero de Dios que limpia el pecado del mundo”. El susodicho cordero, símbolo de Cristo y su sacrificio a favor de la humanidad, atributo habitual de san Juan Bautista, no se encuentra en esta obra. El santo, por su parte, fija su vista en el espectador de manera directa, estableciendo asi una conexión. El artista se inspira, probablemente, en imágenes clásicas del “Buen Pastor”, figuras bucólicas de jóvenes pastores cuidando de su ganado que fueron adoptadas ya a principios del cristianismo como figuras simbólicas de Jesús cuidando de sus fieles. Esta inspiración en fuentes clásicas podría explicar el aspecto juvenil y carente de barba de san Juan. Juan el Bautista fue hijo del sacerdote Zacarías y de Isabel, prima de la Virgen María. Se retiró muy joven al desierto de Judea para llevar una vida ascética y predicar la penitencia, y reconoció en Jesús, que se hizo bautizar por él, al Mesías anunciado por los profetas. Un año después del bautismo de Cristo, en el año 29, Juan fue arrestado y encarcelado por el tetrarca de Galilea Herodes Antipas, cuyo matrimonio con Herodías, su sobrina y cuñada, se había atrevido a censurar. Finalmente san Juan fue decapitado, y su cabeza entregada a Salomé como premio por sus hermosas danzas. Este santo aparece en el arte cristiano con dos aspectos diferentes: como niño, compañero de juegos de Jesús, y como adulto, predicador.
Escuela italiana, Circulo de RAFAEL DE SANZIO (Urbino, 1483 - Roma, 1520); Siglo XVI. “San Juan Bautista”. Óleo sobre tabla. Presenta faltas en la pintura y repintes. Medidas: 127 x 95 cm. Esta pintura se base en una obra de Rafael, conocida como San Juan en el desierto, cuya copia se encuentra en la Galeria Uffizi y fue realizada en torno a 1518-1520, seguramente por el cardenal Colnna. Un joven pastor de aspecto clasicista, sumariamente vestido con un amplio manto en el cual el autor ha imitado la piel de un felino, se sitúa en primer plano, sentado junto a unos troncos, frente a un fondo cerrado que queda abierto en la zona derecha. Pese a que se ha representado imberbe, cuando habitualmente ostenta largas y desgreñadas barbas, diversos son los atributos que nos permiten identificar a la figura como san Juan Bautista. En primer lugar las ropas. Además, el personaje señala con la mano izquierda una amplia vara, rematada en forma de cruz, mientras que con su mano derecha sostiene filacterio en el que puede leerse “ Agnus dei …”, es referencia a la frase “Este es el cordero de Dios que limpia el pecado del mundo”. El susodicho cordero, símbolo de Cristo y su sacrificio a favor de la humanidad, atributo habitual de san Juan Bautista, no se encuentra en esta obra. El santo, por su parte, fija su vista en el espectador de manera directa, estableciendo asi una conexión. El artista se inspira, probablemente, en imágenes clásicas del “Buen Pastor”, figuras bucólicas de jóvenes pastores cuidando de su ganado que fueron adoptadas ya a principios del cristianismo como figuras simbólicas de Jesús cuidando de sus fieles. Esta inspiración en fuentes clásicas podría explicar el aspecto juvenil y carente de barba de san Juan. Juan el Bautista fue hijo del sacerdote Zacarías y de Isabel, prima de la Virgen María. Se retiró muy joven al desierto de Judea para llevar una vida ascética y predicar la penitencia, y reconoció en Jesús, que se hizo bautizar por él, al Mesías anunciado por los profetas. Un año después del bautismo de Cristo, en el año 29, Juan fue arrestado y encarcelado por el tetrarca de Galilea Herodes Antipas, cuyo matrimonio con Herodías, su sobrina y cuñada, se había atrevido a censurar. Finalmente san Juan fue decapitado, y su cabeza entregada a Salomé como premio por sus hermosas danzas. Este santo aparece en el arte cristiano con dos aspectos diferentes: como niño, compañero de juegos de Jesús, y como adulto, predicador.
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