CELSO LAGAR ARROYO (Ciudad Rodrigo, León, 1891 – Sevilla, 1966). “Moulin de la Galette”. Guache y tinta sobre papel. Adjunta certificado expedido por la Fundación Celso Lagar Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 32 x 22 cm; 47 x 36 cm (marco) El Moulin de la Galette siempre ha sido un referente y motivo de inspiración para los artistas de toda una generación que viajaban a la ciudad artística por excelencia, París. El Moulin de la Galette es un molino situado cerca de la parte superior del distrito de Montmartre en París. Desde el siglo XVII, el molino de viento ha sido conocido por algo, siendo el epicentro del entretenimiento parisimo del siglo XIX. Artistas como Renoir, van Gogh y Pissarro han inmortalizado Le Moulin de la Galette y en este caso Lagar le rinde homenaje. Celso Lagar inició su formación dentro del campo de la escultura, bajo las directrices de Miguel Blay en Madrid. Su maestro le aconsejó que viajara a París para completar sus estudios y, tras pasar un año en Barcelona, viajó a la capital gala por primera vez en 1911. La trayectoria de Lagar, tanto en lo personal como en lo artístico, puede dividirse en cuatro etapas bien diferenciadas, marcadas por las dos Guerras Mundiales. El primero de estos periodos fue el de aprendizaje, en Madrid, Barcelona y París, donde entró en contacto con artistas como Amadeo Modigliani. Esta etapa finalizó cuando se ve obligado a dejar París al estallar la Gran Guerra. Se instaó en Barcelona pero realiza varias exposiciones en la capital gala, que le servirán posteriormente como carta de presentación a su regreso a la ciudad tras la contienda, en 1919. Para entonces Lagar era ya un artista consolidado, llegando a establecerse definitivamente en París. Realizó periódicas muestras en las mejores galerías parisinas como Berthe Weil, Percier, Zborowski, Barreiro, Brouant, y Druet. Su estilo alcanzó su madurez personal y se dedicó plenamente a la pintura, dejando atrás la escultura. El inicio de la II Guerra Mundial supuso el fin de la época dorada de Lagar. Emigró a los Pirineos franceses, y su regreso a la recién liberada ciudad de París donde no obtuvo la repercusión que él esperaba, ya que el público coleccionista demandaba nuevos contenidos. Tras caer enferma su mujer en 1956, Lagar entró en una profunda depresión, llegando a ser internado en un centro psiquiátrico. Dejó definitivamente de pintar y en 1964 regresó a España, pasando sus últimos años en casa de su hermana en Sevilla. Hoy en día la obra de Lagar está representado en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el de Art Nouveau y Art Déco Casa Lis, el Patio Herreriano de Valladolid, el Petit Palais de Ginebra, los de Bellas Artes de La Rochelle, Castres y Honfleur (Francia) y en prestigiosas colecciones como la de Crane Kallman (Londres), la Zborowski (París) o la Mapfre (Madrid).
CELSO LAGAR ARROYO (Ciudad Rodrigo, León, 1891 – Sevilla, 1966). “Moulin de la Galette”. Guache y tinta sobre papel. Adjunta certificado expedido por la Fundación Celso Lagar Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 32 x 22 cm; 47 x 36 cm (marco) El Moulin de la Galette siempre ha sido un referente y motivo de inspiración para los artistas de toda una generación que viajaban a la ciudad artística por excelencia, París. El Moulin de la Galette es un molino situado cerca de la parte superior del distrito de Montmartre en París. Desde el siglo XVII, el molino de viento ha sido conocido por algo, siendo el epicentro del entretenimiento parisimo del siglo XIX. Artistas como Renoir, van Gogh y Pissarro han inmortalizado Le Moulin de la Galette y en este caso Lagar le rinde homenaje. Celso Lagar inició su formación dentro del campo de la escultura, bajo las directrices de Miguel Blay en Madrid. Su maestro le aconsejó que viajara a París para completar sus estudios y, tras pasar un año en Barcelona, viajó a la capital gala por primera vez en 1911. La trayectoria de Lagar, tanto en lo personal como en lo artístico, puede dividirse en cuatro etapas bien diferenciadas, marcadas por las dos Guerras Mundiales. El primero de estos periodos fue el de aprendizaje, en Madrid, Barcelona y París, donde entró en contacto con artistas como Amadeo Modigliani. Esta etapa finalizó cuando se ve obligado a dejar París al estallar la Gran Guerra. Se instaó en Barcelona pero realiza varias exposiciones en la capital gala, que le servirán posteriormente como carta de presentación a su regreso a la ciudad tras la contienda, en 1919. Para entonces Lagar era ya un artista consolidado, llegando a establecerse definitivamente en París. Realizó periódicas muestras en las mejores galerías parisinas como Berthe Weil, Percier, Zborowski, Barreiro, Brouant, y Druet. Su estilo alcanzó su madurez personal y se dedicó plenamente a la pintura, dejando atrás la escultura. El inicio de la II Guerra Mundial supuso el fin de la época dorada de Lagar. Emigró a los Pirineos franceses, y su regreso a la recién liberada ciudad de París donde no obtuvo la repercusión que él esperaba, ya que el público coleccionista demandaba nuevos contenidos. Tras caer enferma su mujer en 1956, Lagar entró en una profunda depresión, llegando a ser internado en un centro psiquiátrico. Dejó definitivamente de pintar y en 1964 regresó a España, pasando sus últimos años en casa de su hermana en Sevilla. Hoy en día la obra de Lagar está representado en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el de Art Nouveau y Art Déco Casa Lis, el Patio Herreriano de Valladolid, el Petit Palais de Ginebra, los de Bellas Artes de La Rochelle, Castres y Honfleur (Francia) y en prestigiosas colecciones como la de Crane Kallman (Londres), la Zborowski (París) o la Mapfre (Madrid).
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