WALTER STEPHENS LETHBRIDGE, (Reino Unido, 1771-1831). “Retrato de niño con perro”, ca. 1800. Acuarela sobre marfil. Firmado en su reverso. Medidas: 6,5 x 9 cm; 15,5 x 13,5 cm (marco). Miniaturista formado en la Royal Academy de Londres, en la que comenzó a exhibir anualmente sus obras en las que aparecían personajes y celebridades teatrales de la época. En esta obra, un niño ataviado con vestido blanco de escote ceñido por una cinta azul, se muestra sentado en mitad de un escenario intimista en el que se puede vislumbrar un paisaje natural en la zona izquierda. El infante aparece acompañado por un perro que se alza sobre sus piernas como símbolo de fidelidad y confianza. La pintura de miniaturas, especialmente de retratos, se desarrolló en Europa a partir del siglo XVI. Se trataba principalmente de pinturas encajadas en objetos como medallones, relojes de sobremesa o pequeñas cajitas utilizadas a modo de guardapelo. Se realizaban en una gran variedad de técnicas, como el óleo sobre cobre, estaño o marfil, las aguadas sobre pergamino o cartulina y, desde el siglo XVIII, la acuarela sobre marfil. Este delicado arte se irá perdiendo desde la segunda mitad del siglo XIX a medida que comienza a desarrollarse el arte de la fotografía.
WALTER STEPHENS LETHBRIDGE, (Reino Unido, 1771-1831). “Retrato de niño con perro”, ca. 1800. Acuarela sobre marfil. Firmado en su reverso. Medidas: 6,5 x 9 cm; 15,5 x 13,5 cm (marco). Miniaturista formado en la Royal Academy de Londres, en la que comenzó a exhibir anualmente sus obras en las que aparecían personajes y celebridades teatrales de la época. En esta obra, un niño ataviado con vestido blanco de escote ceñido por una cinta azul, se muestra sentado en mitad de un escenario intimista en el que se puede vislumbrar un paisaje natural en la zona izquierda. El infante aparece acompañado por un perro que se alza sobre sus piernas como símbolo de fidelidad y confianza. La pintura de miniaturas, especialmente de retratos, se desarrolló en Europa a partir del siglo XVI. Se trataba principalmente de pinturas encajadas en objetos como medallones, relojes de sobremesa o pequeñas cajitas utilizadas a modo de guardapelo. Se realizaban en una gran variedad de técnicas, como el óleo sobre cobre, estaño o marfil, las aguadas sobre pergamino o cartulina y, desde el siglo XVIII, la acuarela sobre marfil. Este delicado arte se irá perdiendo desde la segunda mitad del siglo XIX a medida que comienza a desarrollarse el arte de la fotografía.
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