Escuela napolitana; finales del siglo XVII. “Pareja de bodegones”. Óleo sobre lienzo. Conserva su tela original y posee bastidor nuevo. Medidas: 73 x 98 cm. Pareja de bodegones que presentan una estética y formato similar, aunque difieren en la composición y en los objetos o elementos que la conforman. En ambos casos el artista, ha representado un conjunto de peces que emulan diferentes especies, desde anguilas, hasta ostras. Destaca una de las imágenes, por la presencia de un ave, haciendo así referencia tanto a la caza como a pesca. Formalmente es reseñable mencionar el gusto ilusionista que revela la composición, con elementos que sobresalen por fuera los recipientes que contienen los peces, típicos trampantojos barrocos. También es destacable la calidad del artista, quien retrata de un modo realista una inmensa variedad de peces, con una apreciada veracidad, atendiendo detalladamente a las calidades y resaltando especialmente el brillo que proporcionan las escamas de los protagonistas, una luminosidad que se superpone a las tonalidades oscuras con las que ha sido concebido el paisaje, en el que se inscriben cada uno de los bodegones que conforman este conjunto. Muy apreciada dentro del mercado del anticuariado, así como entre los coleccionistas y los historiadores del arte, la escuela bodegonista napolitana del barroco gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos del siglo XVI y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. Artistas como Tommaso Realfonso, Nicola Casissa, Gaspare López, Giacomo Nani y Baldassare de Caro continuaron la tradición local especializándose en la pintura de flores, frutas, peces y piezas de caza, satisfaciendo así la demanda de una vasta clientela caracterizada por un nuevo gusto propio del siglo XVII. A estos autores hay que añadir asimismo las figuras menores, que lentamente van emergiendo de un injusto olvido, y algunos artistas que trabajaron a caballo entre los siglos XVII y XVIII, como Francesco della Questa, Aniello Ascione, Nicola Malinconico, Gaetano Cusati, Onofrio Loth, Elena y Nicola Maria Recco, Giuseppe Ruoppolo y Andrea Belvedere. Estos pintores napolitanos de naturalezas muertas, que trabajaron durante el siglo XVII y principios del XVIII, son llamados “i generisti”, y tuvieron importancia no sólo dentro de su propio entorno sino también, y especialmente, en España, donde el desarrollo del género estuvo claramente marcado por la influencia italiana, en concreto por la aportación de la escuela napolitana. Actualmente esta escuela es considerada una de las más destacadas dentro de la naturaleza muerta del barroco. El signo distintivo de los pintores napolitanos del barroco fue siempre su fuerte carácter naturalista y su cálido cromatismo, con dominio de los rojizos y terrosos.
Escuela napolitana; finales del siglo XVII. “Pareja de bodegones”. Óleo sobre lienzo. Conserva su tela original y posee bastidor nuevo. Medidas: 73 x 98 cm. Pareja de bodegones que presentan una estética y formato similar, aunque difieren en la composición y en los objetos o elementos que la conforman. En ambos casos el artista, ha representado un conjunto de peces que emulan diferentes especies, desde anguilas, hasta ostras. Destaca una de las imágenes, por la presencia de un ave, haciendo así referencia tanto a la caza como a pesca. Formalmente es reseñable mencionar el gusto ilusionista que revela la composición, con elementos que sobresalen por fuera los recipientes que contienen los peces, típicos trampantojos barrocos. También es destacable la calidad del artista, quien retrata de un modo realista una inmensa variedad de peces, con una apreciada veracidad, atendiendo detalladamente a las calidades y resaltando especialmente el brillo que proporcionan las escamas de los protagonistas, una luminosidad que se superpone a las tonalidades oscuras con las que ha sido concebido el paisaje, en el que se inscriben cada uno de los bodegones que conforman este conjunto. Muy apreciada dentro del mercado del anticuariado, así como entre los coleccionistas y los historiadores del arte, la escuela bodegonista napolitana del barroco gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos del siglo XVI y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. Artistas como Tommaso Realfonso, Nicola Casissa, Gaspare López, Giacomo Nani y Baldassare de Caro continuaron la tradición local especializándose en la pintura de flores, frutas, peces y piezas de caza, satisfaciendo así la demanda de una vasta clientela caracterizada por un nuevo gusto propio del siglo XVII. A estos autores hay que añadir asimismo las figuras menores, que lentamente van emergiendo de un injusto olvido, y algunos artistas que trabajaron a caballo entre los siglos XVII y XVIII, como Francesco della Questa, Aniello Ascione, Nicola Malinconico, Gaetano Cusati, Onofrio Loth, Elena y Nicola Maria Recco, Giuseppe Ruoppolo y Andrea Belvedere. Estos pintores napolitanos de naturalezas muertas, que trabajaron durante el siglo XVII y principios del XVIII, son llamados “i generisti”, y tuvieron importancia no sólo dentro de su propio entorno sino también, y especialmente, en España, donde el desarrollo del género estuvo claramente marcado por la influencia italiana, en concreto por la aportación de la escuela napolitana. Actualmente esta escuela es considerada una de las más destacadas dentro de la naturaleza muerta del barroco. El signo distintivo de los pintores napolitanos del barroco fue siempre su fuerte carácter naturalista y su cálido cromatismo, con dominio de los rojizos y terrosos.
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