Beschreibung:

Es­cue­la ita­lia­na; siglo XVII. “Dió­ge­nes y fi­ló­so­fo cí­ni­co”. Pa­re­ja de óleos sobre lien­zo. Re­en­te­la­dos. Pre­sen­tan des­per­fec­tos. Me­di­das: 72 x 110 cm (x2). El grie­go Dió­ge­nes de Si­no­pe (404–323 a. C.) fue un fi­ló­so­fo cí­ni­co, un sabio que vivió como un va­ga­bun­do en las ca­lles de Ate­nas, dur­mien­do en un ba­rril. Sus úni­cas po­se­sio­nes eran la casa en forma de ti­na­ja, una manta, un zu­rrón, un bácu­lo y un cuen­co (y este se lo re­ga­ló a un niño que bebía con sus manos). Toda esa po­bre­za Dió­ge­nes la con­vir­tió en vir­tud. Se dice que el fi­ló­so­fo an­da­ba por las ca­lles en pleno día por­tan­do la lám­pa­ra, con la que «bus­ca­ba hom­bres ho­nes­tos». Por su­pues­to no apa­re­ció ni el pri­me­ro. Dió­ge­nes es­ta­ba siem­pre ro­dea­do de pe­rros, sím­bo­los de la fi­lo­so­fía cí­ni­ca («ky­ni­kos»: si­mi­lar a un perro), por su idea ra­di­cal de li­ber­tad, su des­vergüenza y sus con­ti­nuos ata­ques a las tra­di­cio­nes y los modos de vida so­cia­les. En este caso con­cre­to no se apre­cian di­chos ele­men­tos ico­no­grá­fi­cos que de­fi­nen a Dio­ge­nes, como el farol y los pe­rros, sin em­bar­go en ambos cua­dros se apre­cia una ins­crip­ción “Dolim domus mea est”, el ba­rril es mi casam en alu­sión a una de sus pocas po­se­sio­nes. Mien­tras que en la otra ins­crip­ción reza in mare im­pe­di­men­ta pro­tec­ci”, me pro­te­jo de los pe­li­gros del mar, que puede ser en alu­sión a la su cap­tu­ra y pos­te­rior­men­te venta como es­cla­vo, lle­va­da a cabo por los pi­ra­tas. En cada una de las obras el autor pre­sen­ta a di­fe­ren­tes fi­ló­so­fos como pro­ta­go­nis­tas de cada una de las es­ce­nas. Para re­tra­tar a di­chos per­so­na­jes el autor ha op­ta­do por com­po­si­cio­nes si­mi­la­res, en las que dis­po­ne al per­so­na­je prin­ci­pal re­cos­ta­do, aun­que en ambas com­po­si­cio­nes las pos­tu­ras que adop­tan los cuer­pos son di­fe­ren­tes, ya que uno se en­cuen­tra de fren­te, con el ros­tro gi­ra­do, mien­tras que el otro per­so­na­je esta de per­fil. Los dos pro­ta­go­nis­tas se ins­cri­ben en un pai­sa­je. Ade­más cada fi­ló­so­fo posee un libro, que se mues­tra abier­to al es­pec­ta­dor y una banda donde se pue­den apre­ciar las ins­crip­cio­nes an­te­rior­men­te men­cio­na­das. A pesar de di­chas si­mi­li­tu­des cada es­ce­na es di­fe­ren­te, tanto en el en­torno en los que se ins­cri­be cada per­so­na­je como en los ras­gos per­so­na­les de los per­so­na­jes.