Escuela boloñesa-romana, segunda mitad s.XVII. “Virgen con Niño”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Repintes y restauraciones. Medidas: 74 x 61 cm; 84 x 71,5 cm (marco). En esta Maternidad, el velo dorado de la Virgen envuelve su cabeza y el cuerpo del Niño Jesús, de tal modo que la pareja se cobija bajo la tela, resguardando así su amor eterno. El pequeño cuerpo desnudo, hábilmente trabajado en escorzo, es tomado con ambos brazos por la madre, que inclina amorosa su cabeza. Los ojos del Niño son dos intensos faros que parecen acariciar a la Virgen con su mirada clara. Esta pintura se enmarca dentro de la escuela boloñesa del Barroco, que toma sus referencias del clasicismo grecolatino y del Renacimiento. Dentro de la escuela boloñesa se desarrollaron varias tendencias, y el cuadro que nos ocupa muestra mayor afinidad con la línea iniciada por Annibale Carraci (más próximo a la tradición romana que a la veneciana), quien reinterpretará el clasicismo de Rafael y Miguel Ángel. El dibujo miguelangelesco se alía con la dulzura rafaelesca, el color de Tiziano y la plasticidad de Correggio. Los maestros del barroco boloñés no copian sino que crean un nuevo estilo inspirándose en lo que ellos consideraban mejor del pasado clásico. La escuela del clasicismo barroco estará dominada por los Carracci: Annibale, su hermano Agostino y su primo Ludovico, creadores de la Accademia degli Incamminati (1582), con la que trataron de renovar el arte del momento, predominantemente manierista, que ellos consideraban ya decadente. Annibale será el principal creador del nuevo estilo, mientras que Agostino será importante para la difusión de los modelos, como grabador, y Ludovico será el principal maestro de la academia. La pintura de los Carracci supondrá lo mismo que el naturalismo de Caravaggio en un principio: una contraposición a las tendencias dominantes. Reacciona contra el manierismo, ya muy repetitivo, que ven como artificioso en extremo. Por el contrario, los Carracci quieren representar la realidad, lo natural, que era precisamente lo que se había perdido en el manierismo. Los protagonistas del barroco clasicista, y por tanto de la escuela boloñesa, lo harán de dos formas: por un lado, mirando a la naturaleza y pintando las cosas tal y como son, y por otro admirando a los grandes maestros, especialmente a Correggio y los venecianos del XVI. De Tiziano tomarán la pincelada suelta y los temas, de Veronés el lujo, la brillantez y la teatralidad del gesto (especialmente patentes en composiciones como la que aquí presentamos), y de Tintoretto el claroscuro.
Escuela boloñesa-romana, segunda mitad s.XVII. “Virgen con Niño”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Repintes y restauraciones. Medidas: 74 x 61 cm; 84 x 71,5 cm (marco). En esta Maternidad, el velo dorado de la Virgen envuelve su cabeza y el cuerpo del Niño Jesús, de tal modo que la pareja se cobija bajo la tela, resguardando así su amor eterno. El pequeño cuerpo desnudo, hábilmente trabajado en escorzo, es tomado con ambos brazos por la madre, que inclina amorosa su cabeza. Los ojos del Niño son dos intensos faros que parecen acariciar a la Virgen con su mirada clara. Esta pintura se enmarca dentro de la escuela boloñesa del Barroco, que toma sus referencias del clasicismo grecolatino y del Renacimiento. Dentro de la escuela boloñesa se desarrollaron varias tendencias, y el cuadro que nos ocupa muestra mayor afinidad con la línea iniciada por Annibale Carraci (más próximo a la tradición romana que a la veneciana), quien reinterpretará el clasicismo de Rafael y Miguel Ángel. El dibujo miguelangelesco se alía con la dulzura rafaelesca, el color de Tiziano y la plasticidad de Correggio. Los maestros del barroco boloñés no copian sino que crean un nuevo estilo inspirándose en lo que ellos consideraban mejor del pasado clásico. La escuela del clasicismo barroco estará dominada por los Carracci: Annibale, su hermano Agostino y su primo Ludovico, creadores de la Accademia degli Incamminati (1582), con la que trataron de renovar el arte del momento, predominantemente manierista, que ellos consideraban ya decadente. Annibale será el principal creador del nuevo estilo, mientras que Agostino será importante para la difusión de los modelos, como grabador, y Ludovico será el principal maestro de la academia. La pintura de los Carracci supondrá lo mismo que el naturalismo de Caravaggio en un principio: una contraposición a las tendencias dominantes. Reacciona contra el manierismo, ya muy repetitivo, que ven como artificioso en extremo. Por el contrario, los Carracci quieren representar la realidad, lo natural, que era precisamente lo que se había perdido en el manierismo. Los protagonistas del barroco clasicista, y por tanto de la escuela boloñesa, lo harán de dos formas: por un lado, mirando a la naturaleza y pintando las cosas tal y como son, y por otro admirando a los grandes maestros, especialmente a Correggio y los venecianos del XVI. De Tiziano tomarán la pincelada suelta y los temas, de Veronés el lujo, la brillantez y la teatralidad del gesto (especialmente patentes en composiciones como la que aquí presentamos), y de Tintoretto el claroscuro.
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