Escuela andaluza; segunda mitad del siglo XVII. “El rapto de Europa”. Óleo sobre lienzo. Presenta parches y restauraciones. Medidas: 122 x 165 cm. La del rapto de Europa es una de las leyendas más conocidas dentro de los amores de Zeus. Europa era una mujer fenicia de Tiro, que se hallaba recogiendo flores en la playa acompañada por sus damas cuando fue avistada por el dios. Éste, prendado de ella, se transformó en un bello toro blanco y se mezcló con las reses del padre de la muchacha. Ella lo vio y, seducido por su mansedumbre y su belleza, se montó sobre él, momento en el cual el dios disfrazado corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta, llevando a Europa sobre su lomo. Una vez allí, Zeus reveló su auténtica identidad, y tras unirse a ella la convirtió en la primera reina de la isla. Además, el dios regaló a Europa un collar hecho por Hefesto, un autómata de bronce, un perro que nunca soltaba su presa y una jabalina que nunca erraba. El siglo XVII supone en la escuela andaluza la llegada del barroco, con el triunfo del naturalismo frente al idealismo manierista, una factura suelta y otras muchas libertades estéticas. En este momento la escuela alcanza su mayor esplendor, tanto por la calidad de las obras como por el rango primordial de la pintura barroca hispalense. Así, durante la transición al barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, en cuyas obras se manifiesta ya la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y Juan de Roelas, introductor del colorismo veneciano. A mediados de la centuria se produce la plenitud del periodo, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez. Finalmente, en el último tercio del siglo encontramos a Murillo y Valdés Leal, fundadores en 1660 de una Academia donde se formarán muchos de los pintores activos durante el primer cuarto del siglo XVIII, como es el caso de Meneses Osorio, Sebastián Gómez, Lucas Valdés y otros.
Escuela andaluza; segunda mitad del siglo XVII. “El rapto de Europa”. Óleo sobre lienzo. Presenta parches y restauraciones. Medidas: 122 x 165 cm. La del rapto de Europa es una de las leyendas más conocidas dentro de los amores de Zeus. Europa era una mujer fenicia de Tiro, que se hallaba recogiendo flores en la playa acompañada por sus damas cuando fue avistada por el dios. Éste, prendado de ella, se transformó en un bello toro blanco y se mezcló con las reses del padre de la muchacha. Ella lo vio y, seducido por su mansedumbre y su belleza, se montó sobre él, momento en el cual el dios disfrazado corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta, llevando a Europa sobre su lomo. Una vez allí, Zeus reveló su auténtica identidad, y tras unirse a ella la convirtió en la primera reina de la isla. Además, el dios regaló a Europa un collar hecho por Hefesto, un autómata de bronce, un perro que nunca soltaba su presa y una jabalina que nunca erraba. El siglo XVII supone en la escuela andaluza la llegada del barroco, con el triunfo del naturalismo frente al idealismo manierista, una factura suelta y otras muchas libertades estéticas. En este momento la escuela alcanza su mayor esplendor, tanto por la calidad de las obras como por el rango primordial de la pintura barroca hispalense. Así, durante la transición al barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, en cuyas obras se manifiesta ya la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y Juan de Roelas, introductor del colorismo veneciano. A mediados de la centuria se produce la plenitud del periodo, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez. Finalmente, en el último tercio del siglo encontramos a Murillo y Valdés Leal, fundadores en 1660 de una Academia donde se formarán muchos de los pintores activos durante el primer cuarto del siglo XVIII, como es el caso de Meneses Osorio, Sebastián Gómez, Lucas Valdés y otros.
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