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Auktionsarchiv: Los-Nr. 35272096

Círcu­lo de MATEO CE­RE­ZO (Bur­gos

Alta Época.
28.12.2021
Schätzpreis
4.000 € - 5.000 €
ca. 4.495 $ - 5.619 $
Zuschlagspreis:
n. a.
Auktionsarchiv: Los-Nr. 35272096

Círcu­lo de MATEO CE­RE­ZO (Bur­gos

Alta Época.
28.12.2021
Schätzpreis
4.000 € - 5.000 €
ca. 4.495 $ - 5.619 $
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n. a.
Beschreibung:

Círcu­lo de MATEO CE­RE­ZO (Bur­gos, 1637-Ma­drid, 1666). “Mag­da­le­na pe­ni­ten­te”. Óleo sobre lien­zo. Re­en­te­la­do. Pre­sen­ta re­pin­tes y res­tau­ra­cio­nes. Me­di­das: 103 x 85 cm. En este lien­zo se re­pre­sen­ta a María Mag­da­le­na como pe­ni­ten­te en el de­sier­to, ves­ti­da con una tú­ni­ca aza­ba­che, sobre la que des­ta­ca la to­na­li­dad roja de la capa. A pesar de que no es un rasgo ha­bi­tual, la joven que pa­re­ce en­si­mis­ma­da en las es­cri­tu­ras, no pre­sen­ta el ca­be­llo largo y suel­to, alu­si­vo al es­ti­lo de la vida de la joven, antes de co­no­cer a Cris­to. La santa se en­cuen­tra re­pre­sen­ta­da junto a un per­fu­me­ro, las Sa­gra­das Es­cri­tu­ras y la ca­la­ve­ra. María Mag­da­le­na es men­cio­na­da en el Nuevo Tes­ta­men­to como una dis­tin­gui­da dis­cí­pu­la de Cris­to. De acuer­do con los Evan­ge­lios, alojó y pro­ve­yó ma­te­rial­men­te a Jesús y sus dis­cí­pu­los du­ran­te su es­tan­cia en Ga­li­lea, y es­tu­vo pre­sen­te en la Cru­ci­fi­xión. Fue tes­ti­go de la Re­su­rrec­ción, así como la en­car­ga­da de trans­mi­tir la no­ti­cia a los após­to­les. Se la iden­ti­fi­ca tam­bién con la mujer que ungió con per­fu­mes los pies de Jesús antes de su lle­ga­da a Je­ru­sa­lén, por lo que su atri­bu­to ico­no­grá­fi­co prin­ci­pal es un pomo de esen­cias, como el que aquí apa­re­ce. Mien­tras que el cris­tia­nis­mo orien­tal honra es­pe­cial­men­te a María Mag­da­le­na por su cer­ca­nía a Jesús, con­si­de­rán­do­la "igual a los após­to­les", en Oc­ci­den­te se desa­rro­lló, ba­sán­do­se en su iden­ti­fi­ca­ción con otras mu­je­res de los Evan­ge­lios, la idea de que antes de co­no­cer a Jesús se había de­di­ca­do a la pros­ti­tu­ción. De ahí que la le­yen­da pos­te­rior narre que pasó el resto de su vida como pe­ni­ten­te en el de­sier­to, mor­ti­fi­can­do su carne. En el arte se la re­pre­sen­tó pre­fe­ren­te­men­te de esta ma­ne­ra, es­pe­cial­men­te en el siglo XVII, un mo­men­to en que las so­cie­da­des ca­tó­li­cas sin­tie­ron una es­pe­cial fas­ci­na­ción por las vidas de mís­ti­cos y san­tos que vi­vie­ron en so­le­dad en lu­ga­res sal­va­jes, de­di­ca­dos a la ora­ción y la pe­ni­ten­cia. La his­to­ria de esta santa sirve de ejem­plo del per­dón de Cris­to, y trans­mi­te el men­sa­je de la po­si­bi­li­dad de re­den­ción del alma a tra­vés del arre­pen­ti­mien­to y la fe. Mateo Ce­re­zo se formó en Ma­drid, en­tran­do a for­mar parte del ta­ller de Ca­rre­ño. Fue un ar­tis­ta muy so­li­ci­ta­do por una va­ria­da clien­te­la, sobre todo por su pin­tu­ra re­li­gio­sa, aun­que tam­bién abor­da­ra otros gé­ne­ros. En este sen­ti­do, el tra­ta­dis­ta y bió­gra­fo Pa­lo­mino de­cla­ra­ba el pri­mor con el que rea­li­za­ba «bo­de­gon­ci­llos, con tan su­pe­rior ex­ce­len­cia, que nin­gu­nos le aven­ta­ja­ron», jui­cio ple­na­men­te co­rro­bo­ra­do al con­tem­plar las obras del Museo Na­cio­nal de San Car­los de Mé­xi­co, que apa­re­cen fir­ma­das y fe­cha­das. Con base a ellas, Pérez Sán­chez le atri­bu­yó el Bo­de­gón de co­ci­na com­pra­do por el Museo del Prado en 1970, una obra de evi­den­te in­fluen­cia fla­men­ca que, en oca­sio­nes, ha hecho pen­sar en Pe­re­da. Y es que los tra­ba­jos de este ar­tis­ta va­lli­so­le­tano tam­bién se han se­ña­la­do como as­cen­dien­tes de Ce­re­zo, sobre todo en sus pri­me­ras crea­cio­nes. Sa­be­mos que en 1659 Ce­re­zo tra­ba­ja­ba en Va­lla­do­lid, donde dejó unas obras algo más tos­cas de las que reali­zó en la dé­ca­da si­guien­te. En sus tra­ba­jos se afir­ma como fiel se­gui­dor de Ca­rre­ño, de quien se con­vir­tió en uno de sus me­jo­res co­la­bo­ra­do­res. El maes­tro le mos­tró el ca­mino en el que él mismo pro­fun­di­zó des­pués, con­ti­nuan­do la senda de Van Dyck y Ti­ziano. Así, Ce­re­zo desa­rro­lla unas com­po­si­cio­nes que se abren en am­plias y com­ple­jas es­ce­no­gra­fías, con­ce­bi­das con un dis­tin­gui­do re­fi­na­mien­to, que se ma­ni­fies­ta tanto en el con­jun­to de la obra como en los más me­nu­dos de­ta­lles. Al igual q

Auktionsarchiv: Los-Nr. 35272096
Auktion:
Datum:
28.12.2021
Auktionshaus:
Setdart Auction House
Calle Aragó, 346
08009 Barcelona
Spanien
admin@setdart.com
+34 93 246 32 41
Beschreibung:

Círcu­lo de MATEO CE­RE­ZO (Bur­gos, 1637-Ma­drid, 1666). “Mag­da­le­na pe­ni­ten­te”. Óleo sobre lien­zo. Re­en­te­la­do. Pre­sen­ta re­pin­tes y res­tau­ra­cio­nes. Me­di­das: 103 x 85 cm. En este lien­zo se re­pre­sen­ta a María Mag­da­le­na como pe­ni­ten­te en el de­sier­to, ves­ti­da con una tú­ni­ca aza­ba­che, sobre la que des­ta­ca la to­na­li­dad roja de la capa. A pesar de que no es un rasgo ha­bi­tual, la joven que pa­re­ce en­si­mis­ma­da en las es­cri­tu­ras, no pre­sen­ta el ca­be­llo largo y suel­to, alu­si­vo al es­ti­lo de la vida de la joven, antes de co­no­cer a Cris­to. La santa se en­cuen­tra re­pre­sen­ta­da junto a un per­fu­me­ro, las Sa­gra­das Es­cri­tu­ras y la ca­la­ve­ra. María Mag­da­le­na es men­cio­na­da en el Nuevo Tes­ta­men­to como una dis­tin­gui­da dis­cí­pu­la de Cris­to. De acuer­do con los Evan­ge­lios, alojó y pro­ve­yó ma­te­rial­men­te a Jesús y sus dis­cí­pu­los du­ran­te su es­tan­cia en Ga­li­lea, y es­tu­vo pre­sen­te en la Cru­ci­fi­xión. Fue tes­ti­go de la Re­su­rrec­ción, así como la en­car­ga­da de trans­mi­tir la no­ti­cia a los após­to­les. Se la iden­ti­fi­ca tam­bién con la mujer que ungió con per­fu­mes los pies de Jesús antes de su lle­ga­da a Je­ru­sa­lén, por lo que su atri­bu­to ico­no­grá­fi­co prin­ci­pal es un pomo de esen­cias, como el que aquí apa­re­ce. Mien­tras que el cris­tia­nis­mo orien­tal honra es­pe­cial­men­te a María Mag­da­le­na por su cer­ca­nía a Jesús, con­si­de­rán­do­la "igual a los após­to­les", en Oc­ci­den­te se desa­rro­lló, ba­sán­do­se en su iden­ti­fi­ca­ción con otras mu­je­res de los Evan­ge­lios, la idea de que antes de co­no­cer a Jesús se había de­di­ca­do a la pros­ti­tu­ción. De ahí que la le­yen­da pos­te­rior narre que pasó el resto de su vida como pe­ni­ten­te en el de­sier­to, mor­ti­fi­can­do su carne. En el arte se la re­pre­sen­tó pre­fe­ren­te­men­te de esta ma­ne­ra, es­pe­cial­men­te en el siglo XVII, un mo­men­to en que las so­cie­da­des ca­tó­li­cas sin­tie­ron una es­pe­cial fas­ci­na­ción por las vidas de mís­ti­cos y san­tos que vi­vie­ron en so­le­dad en lu­ga­res sal­va­jes, de­di­ca­dos a la ora­ción y la pe­ni­ten­cia. La his­to­ria de esta santa sirve de ejem­plo del per­dón de Cris­to, y trans­mi­te el men­sa­je de la po­si­bi­li­dad de re­den­ción del alma a tra­vés del arre­pen­ti­mien­to y la fe. Mateo Ce­re­zo se formó en Ma­drid, en­tran­do a for­mar parte del ta­ller de Ca­rre­ño. Fue un ar­tis­ta muy so­li­ci­ta­do por una va­ria­da clien­te­la, sobre todo por su pin­tu­ra re­li­gio­sa, aun­que tam­bién abor­da­ra otros gé­ne­ros. En este sen­ti­do, el tra­ta­dis­ta y bió­gra­fo Pa­lo­mino de­cla­ra­ba el pri­mor con el que rea­li­za­ba «bo­de­gon­ci­llos, con tan su­pe­rior ex­ce­len­cia, que nin­gu­nos le aven­ta­ja­ron», jui­cio ple­na­men­te co­rro­bo­ra­do al con­tem­plar las obras del Museo Na­cio­nal de San Car­los de Mé­xi­co, que apa­re­cen fir­ma­das y fe­cha­das. Con base a ellas, Pérez Sán­chez le atri­bu­yó el Bo­de­gón de co­ci­na com­pra­do por el Museo del Prado en 1970, una obra de evi­den­te in­fluen­cia fla­men­ca que, en oca­sio­nes, ha hecho pen­sar en Pe­re­da. Y es que los tra­ba­jos de este ar­tis­ta va­lli­so­le­tano tam­bién se han se­ña­la­do como as­cen­dien­tes de Ce­re­zo, sobre todo en sus pri­me­ras crea­cio­nes. Sa­be­mos que en 1659 Ce­re­zo tra­ba­ja­ba en Va­lla­do­lid, donde dejó unas obras algo más tos­cas de las que reali­zó en la dé­ca­da si­guien­te. En sus tra­ba­jos se afir­ma como fiel se­gui­dor de Ca­rre­ño, de quien se con­vir­tió en uno de sus me­jo­res co­la­bo­ra­do­res. El maes­tro le mos­tró el ca­mino en el que él mismo pro­fun­di­zó des­pués, con­ti­nuan­do la senda de Van Dyck y Ti­ziano. Así, Ce­re­zo desa­rro­lla unas com­po­si­cio­nes que se abren en am­plias y com­ple­jas es­ce­no­gra­fías, con­ce­bi­das con un dis­tin­gui­do re­fi­na­mien­to, que se ma­ni­fies­ta tanto en el con­jun­to de la obra como en los más me­nu­dos de­ta­lles. Al igual q

Auktionsarchiv: Los-Nr. 35272096
Auktion:
Datum:
28.12.2021
Auktionshaus:
Setdart Auction House
Calle Aragó, 346
08009 Barcelona
Spanien
admin@setdart.com
+34 93 246 32 41
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