Beschreibung:

ATRIBUIDO A AMBROSIUS BENSON (Lombardía c. 1495 - Brujas 1550) "San Jerónimo" Óleo sobre madera de roble Medidas: 87,5 x 64,5 cm. La aparición de este inédito San Jerónimo de excelente calidad y estado de conservación supone una importante contribución al catálogo pictórico de uno de los grandes artistas de la última generación de pintores de Brujas de la primera mitad del siglo XVI. Procedente de una importante colección española, su atribución a Ambrosius Benson fue propuesta por la investigadora Elisa Bermejo en mayo de 1977. Curiosamente de esta misma obra existen varias réplicas autógrafas de desigual calidad vinculadas al prolífico taller del artista. Más importante nos parece tratar de precisar cuál de los ejemplares conocidos puede ser considerado como el primero de la serie. Este que damos a conocer, manifiesta una calidad superior a los ejemplares de los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas y el Museo Mayer van den Bergh de Amberes, no solo por su calidad, sino por la aparición de arrepentimientos en la zona del crucifijo. Aunque se ha aludido a que tuvo un amplio taller, la calidad de esta obra hace pensar en un trabajo completamente autógrafo. Ambrosius Benson desarrolló su carrera fundamentalmente en la ciudad de Brujas donde aparece inscrito en el Gremio de Pintores como maestro independiente en 1519. Aunque su origen es incierto, la grave monumentalidad de sus figuras construidas con un suave modelado insinúa una formación italiana probablemente en la región de Lombardía donde conoció las innovaciones del renacimiento italiano. Después de trabajar en el taller de Gérard David en 1519 aparece inscrito en el Gremio de Pintores como maestro independiente. Un año más tarde disponía de tres puestos en el mercado anual para vender sus cuadros. En el taller de Benson trabajaron como aprendices Joachim Spaers y Jacob Vinson, y probablemente sus hijos, Willen y Jan Benson. En España su pintura obtuvo una excelente acogida con numerosos clientes que solicitaron sus obras destinados en su mayoría para la devoción privada. La composición de gran austeridad y recogimiento, queda regida por la figura monumental de San Jerónimo construido mediante un dibujo preciso de bello contraste lumínico. La mirada de San Jerónimo interpela directamente al espectador en un inteligente juego visual. Al fondo se abre un bosque con algunos pequeños edificios, todo ello ejecutado con minuciosidad y elegantes variaciones de tonos. Particularmente bello es el detalle realista de la vanitas formada por la mosca que reposa sobre la calavera. Sin duda un recurso de tradición flamenca que contrasta con el modelado suave de estirpe italiana que sintetiza magistralmente el cruce entre norte y sur.